martes, 29 de noviembre de 2011

Las últimas palabras de Steve Jobs

Aunque haya pasado más de un mes del fallecimiento del visionario de la computación y la tecnología Steve Jobs, la información relevante a sus últimos días sigue siendo de gran interés para sus seguidores.

En su lecho de muerte, después de mirar a su hermana, a sus hijos y a su mujer, las últimas palabras de Steve Jobs fueron de sorpresa. "Oh, ¡guau! ¡Oh, guau!, ¡Oh guau!", exclamó el presidente de Apple antes de fallecer completamente el pasado 5 de octubre.

Su hermana, la escritora Mona Simpson, relató las últimas semanas, y hasta las últimas horas, de Jobs en la elegía, emocionada y llena de detalles afectuosos, que pronunció en el funeral y que ha publicado ahora en forma de artículo en el ‘New York Times’
.
Simpson conoció a Jobs en 1985 cuando ella ya tenía 25 años y descubrió que sus padres biológicos –una madre soltera y el negociante de origen sirio que los abandonó- habían dado en adopción a Steve antes de que ella naciera. Aunque Jobs nunca recompuso la relación con su padre, sí estrechó lazos con su madre y con su hermana menor.

Horas antes de su muerte, Jobs llamó a Simpson, profesora universitaria en Los Ángeles, para despedirse por teléfono. "No te va a dar tiempo, cariño", le decía él a Mona, ya en un taxi rumbo al aeropuerto para viajar a Palo Alto, junto a San Francisco. Al final, Mona llegó e incluso pudo hablar con su hermano moribundo, que se disculpaba por no poder "envejecer juntos" como habían "planeado".
En sus últimas semanas, Jobs no dejó de trabajar ni de elegir puntillosamente todo lo que le rodeaba, incluidos los enfermeros. Los tres que le cuidaban fueron seleccionados después de más de sesenta que no convencieron al empresario.

La hermana describe a Jobs como un empresario entregado a su trabajo "duramente, cada día", pero también como un hombre cariñoso. "Era como una chica por la cantidad de tiempo que se pasaba hablando del amor. El amor era la virtud suprema, el dios de sus dioses. Seguía y se preocupaba por la vida sentimental de la gente que trabajaba con él", dijo Simpson en su elegía pronunciada el 16 de octubre.
La narración de la hermana obvia los detalles del Jobs más caprichoso e intolerante con los errores de los demás. Isaacson, pese a que confiesa haberse convertido en "fan" de Jobs, sí cuenta cómo el jefe de Apple desdeñaba a los empleados o jefes con los que no estaba de acuerdo o era tan tozudo como para arriesgar su propia vida. Cuando le fue diagnosticado el cáncer de páncreas, se negó a operarse y, durante casi un año, intentó curarse con hierbas y pensamientos positivos.

La hermana describe la intensa personalidad de Jobs, pero sólo recuerda la parte buena. Sus obsesiones eran una señal de compromiso. Hasta sus compras compulsivas: "Para ser un innovador, Steve era increíblemente leal. Si le gustaba una camiseta, encargaba 10 ó 100".

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